29 May Sevillanas, el baile flamenco más universal
La Romería de El Rocío de este año, que se celebra el segundo fin de semana del mes de junio, será una de las más tardías de cuantas se han celebrado en los últimos años, al tiempo que echará el cierre casi definitivo al periodo de romerías que han poblado el mapa andaluz desde que llegara la primavera. En todas y cada una de ellas, como en las decenas de ferias que durante estos meses se prodigan en la región (e incluso fuera de Andalucía), hay unas protagonistas indiscutibles: las sevillanas.
El palo flamenco por excelencia en las fiestas, las sevillanas, no dejan de ser una muy peculiar forma de entender este arte andaluz universal. Se trata de una canción que en realidad son 4, cada una de ellas con una coreografía diferente.
La sencillez de las letras, con temáticas vinculadas al amor, a las tradiciones y a asuntos cotidianos, principalmente, así como su facilidad para cantarlas de forma más o menos correcta, hacen que las sevillanas sean un palo con el que se atreven casi todos. La vistosidad del baile por sevillanas o su propia forma de hacerlo, en pareja, hacen que sean sin duda uno de los bailes folclóricos más populares no solo en España, sino en muchas partes del mundo.
Cuando las sevillanas son bailadas por un cuadro profesional, el resultado es un dinámico y colorido espectáculo. Quizás sea la alegría característica de este palo, el revuelo de los volantes que se produce en cada giro, el acompañamiento de las castañuelas o el porte erguido del bailaor en su pose y sus lances, el que levante tantas afinidades.
En Andalucía, en Madrid o en Japón proliferan las escuelas de baile por sevillanas, una coreografía que, a pesar de su cierta complejidad, se aprende con cierta facilidad (otra cosa es la gracia de cada cual) y cuyos pasos se repiten independientemente del tipo de sevillanas de que se trate (las de feria, las corraleras, las rocieras, las alosneras y las boleras son las más populares), ya que la estructura es la misma y solo cambia el ritmo con que se cantan.
La mejor opción para disfrutar de una muestra del baile por sevillanas profesional la podemos encontrar en un tablao flamenco en Sevilla, espacios que se han convertido en auténticos custodios del arte flamenco en toda su extensión.
Origen de las sevillanas
No se conoce con exactitud el origen geográfico de las sevillanas, aunque sí hay cierto consenso con respecto a que se iniciaron con la Sevilla del Renacimiento, aunque no fuera hasta el siglo XVII cuando empezara a configurarse como una seguidilla bailada en grupo y, cien años más tarde, como palo propio independiente.
Sin embargo, cuando realmente se popularizaron las sevillanas fue a mediados del siglo pasado. Los hermanos Toronjo, de Alosno (Huelva), lanzaban el primer disco por sevillanas, las míticas ‘bíblicas’ que animaron a otros muchos autores e intérpretes. La revolución llegó con los sevillanos Hermanos Reyes (Castilleja de la Cuesta), seguido de autores como Manuel Pareja Obregón o Sánchez Pernía, y luego los grupos y solistas que elevaron como nunca la fama de este palo: Los Marismeños, Los Romeros de la Puebla, Amigos de Gines, El Pali, María del Monte, Ecos del Rocío o los incombustibles Cantores de Híspalis.
Las sevillanas, que vivieron su mejor momento a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado, son hoy el baile regional más conocido de España y un palo que es fundamental aprender si se quiere disfrutar en su totalidad de las ferias y romerías que todavía pueblan el calendario.
Además, y más allá de su carácter popular, las sevillanas podemos vivirlas con especial intensidad asistiendo a un espectáculo flamenco en Sevilla, ciudad que fue su cuna y lugar donde miman con especial cariño esta manifestación regional, una de las más queridas de Andalucía.
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