Desde su fundación, El Arenal ha sido mucho más que un escenario. Durante más de cinco décadas, hemos ofrecido flamenco auténtico a sevillanos y visitantes de todo el mundo. Un lugar donde se respira la tradición, la pasión y la verdad del arte andaluz que nos define.
El mejor lugar del mundo para sentir las emociones del Arte Flamenco.
The New York Times
Estamos en la calle Rodo, en pleno centro histórico de Sevilla. Entre la Plaza de Toros de la Maestranza y el Teatro de la Maestranza, a pocos pasos de la Catedral, la Giralda y la Torre del Oro. En este enclave nace cada noche la magia del flamenco.
El espectáculo en El Arenal es una experiencia única. Una hora de emoción a flor de piel con artistas del cante, el baile y la guitarra flamenca que entregan su arte con intensidad y verdad. Aquí se siente el duende. Y se respeta el flamenco como lo que es: Patrimonio de la Humanidad.
Puedes disfrutarlo con una copa, unas tapas o una cena andaluza de alta calidad. Nuestra carta acompaña cada actuación con sabores de la tierra, en el maridaje perfecto entre gastronomía y arte.
Curro Vélez nació en 1934 en Triana, cuna de famosos toreros y estrellas del cante y baile flamenco.
Curro Vélez: “raza pura por los cuatro costados”, creció entre los grandes del flamenco. Se sintió atraído por este arte y cuando ganó sus primeras pesetas, las invirtió en lecciones de baile con el famoso maestro de Sevilla: Enrique “El Cojo”.
A los 15 años se presentó por primera vez en público en el Hotel Cristina que, en ese momento, contaba con el más famoso tablao de Sevilla. Bajo la hábil dirección de “EL COJO” y ayudado por la intuición de su propia raza, Curro Vélez fue desarrollando su arte hasta convertirse en uno de los valores más prometedores del flamenco.
Poco después de su debut pasó a formar parte del ballet de Pilar López, como compañero de ésta.
Partió luego a América donde actuó como primer bailarín en los conjuntos de Carmen Amaya, Antonio Sabicas y José Greco.
De regreso a España, Manolo Caracol, uno de los mayores artistas de flamenco de este siglo, lo presentó en su célebre tablao “Los Canasteros”, en Madrid.
En 1964, junto a Manuela Vargas, se presentó en la exposición Mundial de Nueva York y en el Festival de París.
En 1966 realizó una gira con Luisa Ortega y Arturo Pavón, como bailarín solista, finalizada la cual decide independizarse.
Curro puso de manifiesto su don para el baile flamenco, dirigiendo y presentando las coreografías más complicadas e innovadoras.
Con su espectáculo “Fiesta Gitana” se presentó en París, en el Theatre des Champs-Elysées durante dos temporadas consecutivas y luego recorrió Holanda, Bélgica y se presentó triunfante en Roma, convertido en una de las máximas figuras del Flamenco por su técnica brillante y su magnífica expresión rítmica.